Conferencia ofrecida por el Dr. Manuel Romero. Endocrino de Área de Endocrinología y Nutrición del Área III de Salud de Lorca, en la Semana Europea de la Movilidad
La importancia de la movilidad activa a ojos de un endocrino
Es mucho más barato promover hábitos saludables antes que tratar enfermedades. Compete a las autoridades poner los medios para que la gente, sea cual sea su edad, pueda llevar a cabo una vida más activa.
La obesidad constituye uno de los mayores problemas de salud a los que se enfrentan las sociedades modernas. Ha aumentado su frecuencia y enfermedades y mortalidad asociada en la parte de los países del mundo.
España los datos no son menos alarmantes. El estudio ENRICA publicado a principios de esta década indicaba que un 23% de españoles eran obesos y el 36% tenían obesidad abdominal.
También se ve en niños y adolescentes, en EEUU se triplicó la obesidad en 2 décadas. También se ha observado esta tendencia en España, con un 14% de obesos y 12% de sobrepeso (más frecuentes en varones).
Las implicaciones dramáticas de la obesidad se deben en gran parte a las enfermedades asociadas a ella: problemas de corazón, ictus, apnea del sueño, diabetes, tensión alta, colesterol, problemas de fertilidad en las mujeres y embarazos con más complicaciones, problemas del hígado, articulares y múltiples tumores asociados.

Uno de los factores que más influyen en esta enfermedad es la vida sedentaria. En las últimas décadas cada vez hay menos personas desempeñando trabajos físicos mientras que los trabajos sedentarios cada vez son más frecuentes. Por no hablar de que el acceso a transportes a motor como coches, motos, autobuses, patinetes eléctricos han hecho que nos movamos cada vez menos.
El que alguien pierda peso disminuye la probabilidad de tener diabetes en personas en riesgo (hasta en un 50%), de hipertensión (en las personas que ya lo son bajan los niveles), se reducen el colesterol y los triglicéridos, mejoran las alteraciones respiratorias como la apnea del sueño y en general la capacidad funcional de la persona.
Efectos beneficiosos del ejercicio físico
o Favorece la pérdida de peso junto a un programa de alimentación estructurado
o Ayuda a mantener el peso perdido
o Contribuye a la prevención del sobrepeso y la obesidad, tanto en niños como en adultos
o Mejora el perfil lipídico, disminuyendo las concentraciones de triglicéridos y colesterol LDL e incrementando las de colesterol HDL
o Mejora la sensibilidad a la insulina, el metabolismo de la glucosa y el control metabólico de las personas con diabetes
o Previene las enfermedades cardiovasculares
o Mantiene la integridad de la densidad ósea
o Mejora el control de la presión arterial en sujetos hipertensos
o Tiene efectos psicológicos positivos: aumenta la autoestima, disminuye la ansiedad y la depresión, ayuda a conciliar mejor el sueño
o Disminuye el riesgo de enfermedad biliar asintomática
o Disminuye el depósito de grasa abdominal
o Mejora la capacidad respiratoria
o Mejora la circulación sanguínea y la actividad fibrinolítica
o Mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal
o Disminuye el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer (por ejemplo, colon)

En mi consulta veo mucha gente sedentaria, bien porque no quiere y en muchos momentos porque no pueden. Varios ejemplos de cómo el ejercicio nos puede ayudar:
Niñez / adolescencia. ¿Cuánta gente de vuestro entorno conocéis con hijos que no hacen deporte fuera del colegio o instituto? Es uno de las causas habituales que veo en los adolescentes y jóvenes con problemas de peso (aunque también hay personas activas a las que le cuesta perder peso)
Recuerdo el caso de un chaval de 16 años que llega con 100 kg (para una talla de 1.70 m). Dieta no especialmente mala, pero muy sedentario. Tras afinar las comidas y aumentar la actividad física, llegó a perder 30 kg en apenas un año (manteniendo el peso estabilizado en los años posteriores).
Edad adulta. Solemos ver muchas personas que abandonan el deporte que hacían de más jóvenes y adquieren hábitos poco saludables, no sólo dietéticos sino de actividad física (en ocasiones no encuentran tiempo para hacer ejercicio): hombre de unos 40 años que veo en la consulta por una obesidad importante. Mucho deporte en juventud, tras dejarlo ganancia importante (llega casi a 150 kg). Se le plantea cirugía bariátrica, y en revisiones posteriores veo que va perdiendo peso en parte por la dieta pero ha empezado a ir al gimnasio y a salir en bici los fines de semana. Llega a perder más de 40 kg tras más de 2 años.
Evidentemente son casos muy espectaculares, pero no se tiene que perder gran cantidad de peso para ver resultados. Entre dos personas con un peso similar, generalmente suele tener mejor estado de salud quien lleva una vida activa.
Por último comentar mi experiencia personal. Yo estudié en Sevilla hace más de 15 años, y tras mi llegada a la Universidad, dejé de hacer deporte (como mucho una vez por semana). Entonces no había carriles bicis y los pocos que se movían con ella tenían que utilizar la calzada o aceras, por no hablar del riesgo que te robaran la bici. En 2009 estuve viviendo varios meses allí y se habían construido muchos km de carril bici, no sin cierta oposición de parte de la ciudadanía y escepticismo sobre su uso. Se puso en marcha además un sistema de alquiler de bicis. Me pilló en una época en la que me estaba enganchando de nuevo al deporte y me animé a ir en bici hasta el trabajo, lo que suponía 35 minutos (ida y vuelta). No sólo hacía deporte, no sólo era más barato y menos contaminante, además me ayudó a perder parte del peso que me sobraba entonces.
En resumen, mi aportación a esta mesa redonda es que unos hábitos de vida saludables, con dieta saludable y una vida activa ayudan mucho a mantener y mejorar el estado de salud. Es mucho más barato promover estos hábitos antes que tratar enfermedades. Compete a las autoridades poner los medios para que la gente, sea cual sea su edad, pueda llevar a cabo una vida más activa.
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