Al ciclopaseo asistió María Hernández Benítez, la nueva concejala de Urbanismo, Vivienda, Casco Histórico, Medio Ambiente y Movilidad
LorcaBiciudad, Plataforma por la Calidad del Paisaje de Lorca y Plataforma Tercia Comunicada fueron las tres entidades que mostraron a las Biciwomen en su ciclopaseo mensual varios aspectos negativos o muy cuestionables que las obras de la línea del ferrocarril a Lorca están desvelando y que pueden suponer una importante pérdida de oportunidades de desarrollo social, medioambiental y económico

LorcaBiciudad, representada por Manuel Martín, expresó su preocupación por diversos aspectos relacionados con la ubicación de la estación principal en el actual emplazamiento de Sutullena. Hizo especial énfasis en el pasillo verde que toda la ciudadanía en algún momento entendió que resultaría del soterramiento de las vías. Pero ha sido la publicación de las infografías de la estación nueva entre la Plaza de Toros y la antigua estación (monumento protegido) lo que ha disparado las alarmas. El paisaje urbano, en una zona especialmente verde y bonita de Lorca como son las Alamedas, se va a degradar en vez de aprovechar las oportunidades de embellecimiento que a priori parecían propicias. Además está prevista la creación de un invasivo aparcamiento de nueva creación, entre la estación de autobuses y el paso a nivel de la Alameda de Cervantes, con capacidad para 180 plazas, con una previsible calzada para el acceso al mismo. Por otra parte, el edificio de la estación principal del AVE ocupa unas dimensiones que hacen inviable ese pasillo verde ininterrumpido desde San Diego, hasta la salida del ferrocarril a superficie a la altura del cruce del Camino de Vera. Este eco-pasillo permitiría una columna vertebral ideal para el esparcimiento y sobre todo para la movilidad activa y sostenible, caminando o en bicicleta. A nivel paisajístico, la construcción de la nueva estación previsiblemente eliminará arbolado consolidado y tapará las vistas de estación, ciudad y sierra al fondo que desde hace décadas conocemos mirando desde la Plaza de Toros. También absorberá visual y físicamente el edifico de la estación, que data del siglo XIX y por tanto es parte de nuestro patrimonio cultural.

Martín recordó los colegios que uniría, como los de las Alamedas o el Ana Caicedo, con el que recientemente realizaron un Bicibús escolar, reivindicando que precisamente el soterramiento de las vías facilite un carril bici para llegar de forma segura al centro educativo y a otros servicios.

Miguel Pascual habló en nombre de la Plataforma por la Calidad del Paisaje, integrada por trece asociaciones lorquinas, para cuestionar la ubicación, como LorcaBiciudad, pero ampliando a los motivos de movilidad la oposición a que la estación principal sea construido en este céntrico enclave y abogando por que sea levantada en el actual espacio del apeadero de San Diego, como ya señalaron en esta publicación hace más de un año. Pascual señaló que apenas hay una calle de acceso y que sin embargo, en San Diego, la conexión con la Ronda Central sería idónea para que incluso la movilidad del vehículo privado y del transporte público sea de menos emisiones que si tiene que entrar a Sutullena, donde los atascos serán frecuentes, teniendo en cuenta la potencial población que puede utilizarla y que cifró en doscientas mil personas, si contamos nuestro término municipal y los que afectaría, teniendo en cuenta Caravaca, zonas limítrofes de Almería y Águilas. La Estación de Autobuses también propuso que fuera en ese enclave para facilitar la intermodalidad y por los mismos motivos de conexión de trafico con la Avenida Europa y con la Ronda Central. Incluso Pascual piensa que la zona ofrece más extensión para aumentar las vías de apartadero, mientras que en Sutullena solo están previstas tres, sin posibilidad alguna de ampliación.

Y desde aquí nos dirigimos a Tercia por un recorrido trazado por Antonio Campoy, miembro de la Plataforma Tercia Comunicada, que también tenía muchas cosas que mostrarnos y grandes motivos para la preocupación de la vecindad de esa pedanía. Primero paramos en el inicio del Camino del Molino, que discurre detrás del nuevo Mercadona, para escuchar la petición vecinal largamente demandada de convertir una obsoleta conducción de riego, en un carril bici que posibilite la llegada hasta la Casa del Buen Camino e incluso conecte con el carril bici bidireccional ya construido y que nos adentró en la pedanía por el mismo vial. Este es generoso en espacio, pero mejorable en seguridad, pues no tiene ningún separador que lo señalice, más allá de la línea pintada en la calzada.

También pasamos por un camino asfaltado que discurre paralelo a la Rambla de las Canales, frente a la Venta de Cristóbal y que podría servir a los vecinos para enlazar el carril bici de salida de Lorca hacia la Alfarería Lario con la pedanía de Tercia, al otro lado de la N-340, dirección La Hoya. Así, por el camino ahora de tierra de la mencionada rambla, llegamos al camino de Villaespesa y por éste, a la primera faraónica intervención del AVE y que no es otra que el viaducto de dos kilómetros que vecinos y empresas lograron que Adif construyera, a pesar de las desmesuradas soluciones que proponía la empresa ferroviaria. Según Campoy, se trataba de monstruosos y costosísimos puentes para que el tráfico rodado salvara, con enormes desniveles, la altura del ferrocarril. Finalmente accedió a construir un viaducto, para facilitar la circulación de la gran cantidad de camiones que dan servicio a las empresas y cooperativas agrarias y ganaderas de la zona, lo que aporta una solución satisfactoria a estas. Sin embargo, la vida cotidiana de las personas que allí viven, parece menos importante que los negocios. A dos kilómetros de la llegada a la ciudad, donde las empresas tienen menos necesidades, esa permeabilidad del viaducto, en vez de continuar, se convierte en un muro lamentable e infranqueable para los vecinos que, de diferentes caminos tradicionales, antes transitaban transversalmente para visitar amistades o familia, realizar compras en los comercios de proximidad o desarrollar una sencilla pero necesaria vida social en los establecimientos públicos de la zona. Nada de eso será posible en adelante si no se remedia, pues Adif no parece dispuesta a escuchar a nadie más y se niega a facilitar sencillos pasos inferiores que permitirían esta permeabilidad que solicitan los vecinos para evitar kilométricos rodeos. Al parecer, Adif no tiene intención de hacer ninguna concesión más, tras haberse visto obligada, muy a su pesar, a los cambios anteriormente citados. De esta manera, viales como el Camino de Pina o la Vereda de los Olmillos, se verán interrumpidos impidiendo a menores a acudir de una forma más racional y sostenible a sus centros escolares y a todas las personas a mantener los desplazamientos laterales y obligándoles a utilizar en todos los casos el Camino de Cartagena, que inevitablemente se verá saturado por el ya denso tráfico que soporta diariamente.

La nueva concejala de Urbanismo, Vivienda, Casco Histórico, Medio Ambiente y Movilidad
María Hernández Benítez tuvo el gesto y el gusto de acompañarnos y acercarse a nuestro movimiento ciudadano, para conocernos personalmente. Intercambiamos cordialmente impresiones y pareceres y se mostró muy contenta de haber realizado el recorrido con las entidades participantes, pues ha tomado conciencia de estas realidades sobre el terreno y no solo en los despachos, que es como dijo que a ella le gusta trabajar, añadiendo que «los despachos son más para las reuniones».
Por su proceso formativo primero y laboral después, lleva varios años un tanto desconectada de Lorca, lo que puede también ser un punto a favor si su visión no está condicionada por las inercias que llevamos las personas que trabajamos por Lorca desde hace años.
De trato cercano y conocedora de los procesos de las administraciones por su experiencia profesional en la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Santomera, en lo sucesivo será la responsable en Lorca de unas áreas que afectan de lleno a muchas de nuestras reivindicaciones. Ojalá pueda desarrollar con éxito el trabajo que requieren en Lorca los desafíos y las políticas urbanísticas y medioambientales del siglo XXI.
















Deja una respuesta